dimarts, 8 de maig del 2012

Fumigaciones con pesticidas BASF

La Comisión Europea ha prohibido un pesticida por su toxicidad, pero el gobierno español va a permitir que se hagan fumigaciones aéreas con él. La Xunta de Galicia va a permitir a la Asociación Española de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL) fumigar los eucaliptos de media Galicia con el pesticida Flufenoxurón de la empresa BASF, con el fin de acabar con una plaga de insectos.

Es una sustancia muy tóxica para los organismos acuáticos, puede provocar a largo plazo efectos negativos en el medio ambiente acuático. Para impedir la contaminación de este medio se debe evitar que el producto penetre en el suelo/subsuelo y que penetre en el alcantarillado, aguas superficiales o subterráneas.

Los efectos dañinos de este insecticida pueden suponer la extinción casi total de las abejas de Galicia, las responsables de polinizar los cultivos agrícolas.

Además, el flufenoxurón tiene un alto potencial de bioacumulación en la cadena alimentaria. Por su alta toxicidad, la Comisión Europea ha prohibido su venta a partir del 1 de Agosto.

La salud es más importante que cualquier industria y la Xunta de Galicia no debería proteger el negocio de las papeleras poniendo en riesgo la flora y fauna de la región y, lo que es peor, la salud de su ciudadanía.

Actuable ha iniciado una recogida de firmas para evitar estas fumigaciones y el daño que pueden causar a la fauna, flora y a las personas. La petición a la Xunta y a ASPAPEL que no fumiguen con este peligroso producto la puedes firmar en este enlace.

Galicia Confidencial "Ecoloxistas alertan da fumigación de lugares habitados" (05/05/2012)

dilluns, 7 de maig del 2012

Contraindicaciones e intereses de los edulcorantes

La controversia sobre si algunos de los edulcorantes utilizados en la industria alimentaria son cancerígenos o no está al orden del día.

Aunque existen numerosos organismos e instituciones que deberían velar por la seguridad de los alimentos que ingerimos y podemos adquirir; lo cierto es que la industria alimentaria ejerce un enorme poder para enturbiar y entorpecer los estudios científicos. La mayoría de universidades y centros de investigación reciben financiación de empresas privadas. Por lo tanto, las corporaciones son quienes deciden qué se investiga, qué se publica y qué se elimina del conocimiento público. Lejos queda la libertad académica para denunciar los posibles efectos negativos de cualquier producto comercializado.

Eso es lo que sucede con todas las sustancias que las grandes corporaciones introducen en el mercado. La industria tabacalera desmintió durante años que existiera ninguna relación entre el tabaco y el cáncer de pulmón, pese a existir infinidad de estudios científicos que lo demostraran.

De la misma manera, existen estudios que denuncian los daños sobre la salud de los edulcorantes utilizados en la mayoría de productos alimentarios procesados: leche, cereales, almíbares, refrescos, pepinillos en conserva, zumos, productos light o diet, etc. Algunos efectos son cáncer de vejiga, de mama, cerebrales, alergias, flatulencias o cataratas, por citar algunos de ellos.